En 1932, José Ramón Lomba y Pedraja da a conocer un texto perdido de José Somoza: «El doctor Andrés Laguna o El tiempo de las brujas» (Salamanca, Juan Morán, 1846)
El marqués de Lozoya (Segovia, 1893) se interesó también por la figura del doctor segoviano. En el nr. 7 de la revista Cervantes (febrero 1917, 141-142) publica un soneto:
Andrés Laguna, médico del Papa y del Emperador
Toda Europa se admira de la ciencia
de este nuevo patricio esclarecido;
su profundo saber ha sorprendido
a los doctos de Roma y de Florencia.
El César sus talentos reverencia;
del duque de Lorena es gran valido,
y con espuela y yelmo ha ennoblecido
el Pontífice Julio su sapiencia.
A la par que averigua las virtudes
de plantas de apartadas latitudes,
entre pueblos y príncipes lejanos,
recuerdan sus escritos con cariño
el tiempo en que buscaba, siendo niño,
las yerbas de los campos segovianos.