José Luis Cano ha escrito (1966, 8):
«Lástima que no se hayan conservado sus cartas, sobre todo las que escribió a sus grandes amigas las señoritas -luego señoras- de Acebal de Arratia. Por las pocas cartas que conocemos de nuestro «free thinker» -por ejemplo, la que publica Ruiz Lagos en su libro, dirigida a Meléndez-, sospechamos que podrían ser tan jugosas como las de Moratín»
La carta a Meléndez Valdés en realidad la publica el Marqués de Valmar a pie de página de su edición de poesía del XVIII, aunque luego la transcribe Ruiz Lagos (1966) que la fecha en Piedrahita (1811):
- Mi estimago amigo y maestro: Con mucho gusto complazco a usted escribiéndole francamente mi opinión sobre su situación actual.
Es necesario que conozca usted que no es a propósito para esa corte. Tampoco lo fue usted para la de Godoy. Doce años tenía yo cuando V. me recitaba dándome con su dedo en la mejilla:
!Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruído! etc.
Estos eran los principios de usted, que hubiera seguido siempre si a mi señora doña Andrea (sabe usted que se lo he dicho a aella) no se hubiese antojado ser excelencia. Dice que nadie quiere, como ella, a su monsiurito. Pero no sabe quererle si no le aconseja que deje al instante destino y honores. Y con este motivo, y porque también me encarga usted procure alegrarle el ánimo, me ocurre el caso acaecido en una corte de Oriente, como usted habrá leído en los viajeros, y le he de tener la osadía de enviársele en verso.
Medite usted mi carta, y quiera a José Somoza.